martes, 16 de febrero de 2016

Los canallas

La sugerencia del padrino fue, “Busca y encuentra trabajo, de que no importa, pero mantente ocupado, bien pinche ocupado”.
Habían transcurrido ya los tres largos meses de internamiento en el centro de rehabilitación Reencuentro ubicado en la zona residencial lindavista, un lugar que lejos de parecer un anexo, más bien parece una clínica de esas de alcurnia ego estilo oceánica, solo que acá el costo es muy inferior y en ocasiones como fue en mi caso, gratuito. En este lugar a diario comíamos carne, las compañeras enfermitas estaban rechulas, fresonas, el alcohol y la droga no discriminan al igual que yo. Teníamos terapia sana, actividades como yoga, teníamos gimnasio, sala de computo, agua caliente, camas con cobijas limpias y almohadas, guardarropa personal, todos los domingos derecho a visita, en fin, una chulada de lugar para recuperarte del consumo de las sustancias. Nada que ver con esos anexos de los  cuales me habían hablado donde había golpes , terapia directa que lejos de ayudarte en tu rehabilitación, mas bien salías resentido con la familia y en esos casos la recuperación era nula. La IAPA lo consideraba un lugar digno para funcionar como centro de rehabilitación, esta ultima institución organizo un concurso para su cartel anual y este que les habla gano el segundo lugar entre diferentes controversias según fui enterado pues mi obra se debatió gacho con el primer lugar. En su opinión mi obra era muy ruda y fuerte para un cartel. Dijeran lo que dijeran, para mí se había perdido el primer lugar y nada me hacía creer que el segundo lugar era un premio.
Consiguete  un empleo en el oxxo, en una fábrica, en una gasolinera, no se pero ocúpate maestro. No vas a salir con tu diploma ese de segundo lugar bien orgulloso ahí mostrándolo y diciendo,  “estuve anexado y gane un segundo lugar , a nivel nacional, en una clínica de adictos, denme trabajo”, o si? Ocúpate, recuerda que a diario tienes que lidiar con tu enfermedad y que el ocio es la madre de todos los vicios. – Si padrino. Conteste convencido en seguir la sugerencia.
Camine por la roma-condesa, el ambiente no me atraía, sentía que ese lugar era demasiado fresa para mí, la gente fresa realmente me caga. Recordé a la gente déspota mal agradecida con tu servicio, las condiciones en la s que alguna vez había trabajado y me entro nervio.  Encendí un cigarro, me subí a la moto y me dirigí al centro histórico a buscar mejor suerte. Camine por sus calles deleitándome de su arquitectura que en momento me hacia distraer la razón por la cual me encontraba ahí. ¡Busca empleo! me dije. No era una tarea fácil, a mis treinta y cuatro años mi historial laboral no era nada atractivo para ninguna empresa o restaurant o patrón. En mi lista de empleos que en un día de ociosidad enumere,  llegue a un conteo de noventa y cuatro trabajos por los cuales había pasado, todos ellos perdidos en parte por mi forma tan deliberada de consumir sustancias por mis problemas hacia la autoridad. Elegir donde trabajar en mi juventud nunca fue un obstáculo, por el contrario, puerta que tocaba puerta que se abría, me llegue a dar el lujo de escoger los lugares donde emplearme,  a la menor inconformidad me daba de baja. Así pues fue como fui mesero de media condesa-roma, repartidor de Telepizza, dominós , Benedettis donde en la bolsa térmica me cacharon un caguamon ,mensajero de cuatro empresas, vendedor, ayudante, dyler, comerciante. Ahora ya a mis treinta y cuatro, el miedo me invade en cada entrevista, los uniformes me dan ñañaras, siempre que me intolera un patrón me dan ganas de madrearlo y algunas veces he llegado a la acción.  Aun no me entrevistaban y  antes de entrar a tocar una puerta ya me estaba conflictuando yo mismo. “Ocúpate”  Me retumbaba en mis oídos, “ocúpate”. Finalmente en la calle de Regina vi un lugar acogedor, lo que llamo mi atención principalmente fue un mural mal logrado que había en su comedor. –“Ese mural lo modifico yo”. Me dije para mis adentros. En esa misma calle hacia tiempo atrás y mucho antes de fondear tan gacho, decore con murales, alebrijes  un bar que por nombre tiene “El Albur”, hoy en suspensión de actividades, (pa variar).
Leí, “Se solicita ayudante de cocina, con y sin experiencia”. Me entreviste con el gerente. Fue rápido, un par de preguntas, llenado de solicitud y me cito para el siguiente lunes, esto fue un miércoles, según él para que comenzara un día tranquilo pues los fines eran los días mas pesados.
Se lo comunique el padrino y este me felicito. Llegue el día lunes  totalmente limpio, con libreta en mano para las anotaciones y según yo para ir boceteando en mis tiempos libres, el mural que les presentaría “ja”.
 Mis primeras actividades fueron, ayudar a pelar papas, cebollas, picar pimientos observar el preparado de los condimentos, salsas, estirar y preparar pastas para pizzas, preparar un sin número de ensaladas, picando verdes lechugas, jitomates, aceitunas, pepinos , quesos, deshebrar pollo etc., ha y lavar un mínimo de trastes. Al llegar el viernes todo fue cambio, mi área de trabajo solo fue el fregadero, lavar vasos, cubiertos, platos, entre trapos, licuadoras, batidoras, ollas de todos tipos y tamaños, vasos y mas vasos, tazas, tapas. Hijos de su puta madre dije. Lo que realmente necesitan estos culeros es un lava trastes, más bien eso tenía que decir el letrero. “Se solicita lava trastes”, un puto mozo, y no es que desmerece cualquier actividad económica, si no que hay que especificar las actividades a desarrollar chinga.
Mi horario de empleo era de dos de la tarde al cierre que era de martes a jueves a las 11 y sábados y domingos a las 1 o 2, según. El sueldo era el mínimo pero lo que realmente ayudaba eran las propinas, estas eran muy buenas.
La cocina  los fines de semana era un manicomio, los trastes seguían llegando las torres se acumulaban recordándome la torre de pizza en Italia. Un chico llego a mi rescate pues a de ver visto en mi alguna necesidad. Me yudo a lavar los trastes de buena voluntad. Casi lo beso al cabrón lo cual hubiera sido para el una forma agradable de pago pues después me entere que el chico era Putin o mejor dicho gay porque puto para mi es aquella persona cobarde ante la vida. En la cocina los fines de semana éramos cuatro, el chef, una ceñito bien culona la cual parecía tener dos rayas ahí en lugar de una, esta se encargaba de sacar los platillos presentables para las mesas, el sub chef un chaval de diesi nueve años de edad, trabajaba para este lugar desde hacía cuatro años, a su llegada de un pueblo de Oaxaca, su nombre no lo recuerdo pero trabajaba con mucho esmero, era bien amable, se dirigía a mí con profundo respeto a pesar de que el chamaco era mi jefa inmediato. Me explicaba cada cosa con paciencia, pero ese día ni un hola me había dirigido, no había tiempo. Finalmente lave hasta el último traste que salió, eran ya las dos con veinte dos minutos y estábamos recibiendo las propinas, generosas por cierto, a la par de la chinga que me había metido. El sábado dude seriamente en presentarme pero en mi interior escuchaba la voz del padrino “ocúpate” ocúpate. Esos malditos trastes no van a poder conmigo no me van a mandar nuevamente al pedo. Pensé.
Todo volvió a la tranquilidad el mismo martes pues los lunes era mi día de descanso. Si el peor día para descansar, pero que podía exigir, apenas estaba ingresando y tenía que soportarlo todo. Que poder hacer en mi dia de descanso. Lunes, no hay museos ni cineteca, extrañe el anexo, ahí a diario había terapia o personas con quien platicar de algo en común. Entendí por que el gerente me cito a principio de semana si me hubiera dado la chamba un viernes seguramente ni loco regreso.
Mi relación en el trabajo crecía favorablemente día con día , las meseritas estaban adog a mi recuperación, me transmitían espiritualidad con sus deliciosas carnes. De vez en cuando bromeaba con los compañeros incluyendo al putin, estos me invitaban a sus reuniones, a sus depas de solteros, me presentaron en una ocasión a dyler de los cuadros, este trabajaba en el restaurant de al lado, en esos días no le di importancia, pues traía la sobriedad a flor de piel, esos temas me eran muy ajenos, Aun.  Así transcurrieron algunas semanas. Un viernes por la mañana decidí ir a ver una exposición.  Entre al centro cultural España, no vi en ninguna de sus mil salas algo que lograra capturar mi atención, Salí decepcionado del lugar. Caminaba por el túnel oscuro que da a la entrada principal de la calle Guatemala cuando vi pasar ya de salida , el carrito espantoso que pone las arañas, ese pinche carrito que traen los repartidores de coca cola, jarritos , marínela y bimbo en el centro histérico pero que el gobierno de la ahora ciudad de México, acondiciono para que los oficiales de tránsito anden por todo el centro haciendo según ellos su trabajo colocando a diestra y siniestra los inmovilizadores de llantas, las mentadas arañas. – Hay no por dios. Exclame. Mi moto. Regularmente la estacionaba cada vez que visitaba el centro histórico, en un costado de unas gigantes masetas de un restaurant al final de la calle. A simple vista no se ve pero en esa ocasión de nada sirvió. La cámara lo había visto todo. Llegue a ella con la esperanza de que los oficiales no hubieran visto mi moto ahí estacionada, pero no fue así, la araña ya estaba colocada, abrasando con un cable gruesísimo la llanta trasera. La patee con fuerza  a esperanzas de poderla zafar, pero no, lo único que logre fue un dolor intenso de pie. Observe que del manubrio callo una hoja blanca de papel enrollada la cual describía todas las indicaciones a seguir para realizar el pago de la multa y así me fuera retirado el inmovilizador. Fui corriendo al restaurant para pedir un préstamo y así pagar la multa en una sucursal bancaria. Todo trascurrió en un tiempo justo para llegar puntual a mi hora de trabajo. Tenía las ganas de mandar todo a la chingada, pero recordé los tres meses de anexado, como me había podido, a duras penas apartar de el consumo tan despiadado de sustancias.  Me resigne a continuar con mi recuperación y el trabajo era parte de ello. -No todo va a estar de poca madre, van a venir pruebas y esas pruebas van a ser de acido mi cabron así que más te vale estar preparado. Me había dicho mi padrino. El padrino es como un gia muy importante en tu etapa de recuperación al cual hay que obedecer sin cuestionar la razón de sus palabras. Claro si es que se quiere alcanzar la sobriedad.
Este viernes los trastes parecían ser mas, seguían llegando cada vez mas, no había descanso alguno. Los comensales llegaban de todos lugares, parecía que salían de los interruptores, de las coladeras como cucarachas en la oscuridad. Mis manos no paraban de moverse, lavar lavar y lavar, esa era mi única actividad, me estaba convirtiendo en un experto. En forma de coraje a mi situación, mantenía la llave del agua abierta en todo momento. -Que se chinguen en pagar fuertes cantidades de este vital liquido, que se chinguen las generaciones posteriores a mi, que se chingue la naturaleza ,y que se chingen los gobernantes cuando se les cuestione sobre la carencia del agua, así, igualito a como me chingo yo aquí friegue y friegue trastes. Pensaba.
-Para que estudiaste la universidad irriael, para qué diablos te distes tremendas madrizas desvelándote estudiando los textos escolares , para que demonios tu madre se chingo y se sacrifico en comprarte libros y libros de texto , para que demonios hizo gastos de excursiones y pasajes , desayunos y desvelos, para que le robaste el tiempo al broder  que te capacito en matemáticas uno dos y tres, para que chingaos , dime para que chingaos te esfuerzas me repetía mi conciencia. Este sistema es una mierda, vuélvete un ermitaño aléjate de la civilización si así se le puede llamar a esto, vuélvete un buen ladrón y así nivela la economía, roba a las empresas monopolizadoras que no permiten el crecimiento de las pequeñas empresas, manda todo por un tubo.  Tenía tantas ganas de gritar de llorar, miraba al chamaco de Oaxaca como trabajaba sin problemas y como respondía  a todo,    -Si chef, si chef. En un momento de iluminación y calma, el chico se acerco a mí y con voz angelical me dijo, -Tranquilo irria, esto no es nada we. Mantuve la llave abierta del agua y me di vuelta. – Que esto no es nada? Le pregunte indignado.      - No me vengas con psicología barata, Yo tengo estudios mi cabron tengo hasta quinto semestre en la carrera de “arte y patrimonio cultural", como diez exposiciones de pintura, dos series armadas, como mil cursos de diferentes temáticas, he dado cursos carnal, me han publicado escritos, he tenido unos culos de viejas, patinaba increíble la gente se sentaba a verme, era un sansón para la mariguana, he sido todo un líder, he convivido en la mesa de altos pedorrajes, he estado en escenarios, he ganado premios y veme ahora chinga aquí lavando trastes y  tú vienes y dices que esto no es nada cabron? – Cálmate irria, mira we, yo vengo de Oaxaca, allá cortaba cebollas así agachado we. Se puso en cuclillas e imito agarrar unas y cortarlas. Empezábamos a las cinco de la mañana  y terminábamos a las siete de la noche we. Con un pinche solesazo de la chingada we, todo el tiempo agachado, la espalda me dolía, el cuello me ardía, los mosquitos me picaban, neta we esto no es nada. Y todo sabes para qué? Para un plato de frijoles con arroz, no nos daban más que eso, yo lo hacía para ayudar a mi mama. Había días que lloraba sin que mi mama se diera cuenta.  A la chingada decía yo y me quería ir, me levantaba y veía a mi mama ahí adelante que me gritaba – animo mijo. -Y yo me volvía a agachar y a chingarle nuevamente, no había de otra we, yo decía, no manches no existe dios we. Me secaba las lágrimas y le seguía chingando. Mi carnal se vino a la ciuda y después me vine yo, me traje a mi jefesita y ahora trabaja en un lugar de acá lado lavando traste, está bien tranquila y la veo contenta. No manches we esto no es nada. Por eso para mi esto no es nada we. Me volví dándole la espalda y dije. Ya párale wey, me vas  a hacer llorar, ya entendí. Continúe lavando los trastes. -Yo lave un años los trastes. Continuo.  Poco a poco fui aprendiendo y fui subiendo, esto neta es la gloria we.
Creí haber entendido la lección pero al cabo de una hora el sentimiento de euforia y frustración se me presento con mayor fuerza, Quería mandar todo a la chingada y tomarme un buen trago de cerveza de una buena vez. Resiste, resiste me dacia algo en el fondo, finalmente hoy es la fiesta de la nata. Bala mi compañera en turno llego un par de horas mas temprano que la hora acordada para ir saliendo de mi chamba, a la fiesta.
 Llamo a mi cel. y dijo Ya estoy aquí iirriael, sal. Me sorprendió pues en eso no habíamos quedado, era muy temprano aun, normalmente la salida el fin de semana era a las dos, en fin ella estaba afuera. Bala era para mi un trofeo a mi complejo de inferioridad, me sacaba algo así como treinta centímetros, no es que fuera muy muy alta, lo que pasa es que yo soy muy muy chaparro.
El teléfono sonaba cada diez minutos.- Ya mero? Te falta mucho?, te ayudo o puedes solo. Me decía.
 A la quinta llamada y en un break que los trastes me lo permitieron salí a su encuentro. Sorpresivamente vi que no estaba sola, que ya había echo migas con unos cabrones, para ser exacto tres cabrones y una chica. Se encontraban echando cubitas en la vía publica, ahí a las afueras de los canallas, así bien quitados de la pena. Y estos quienes son le pregunte. – A mira el es Raúl,dijo señalando a un güero gordillo de sudadera roja, este otro es Marco. Estire la mano para saludarlo. Y el dijo dudando. – Paco soy Paco. Dijo el joven  estirándome la mano en forma de saludo. – Si, si. Paco. Dijo ella, así, bien quitadita de la pena.    -Los acabo de conocer. Continuo. –Aquí afuera, que te parece?. -No pues está bien bala. Agregue con algo de nerviosismo pues había dejado la pileta abierta y los trastes seguían llegando. Regrese a mi lugar de trajo. Estaba en común comunicación con mi ser superior pidiéndole que la llegada del sierre fuera pronto cuando recibí una nueva llamada de la bala. –Oye acaba de llegar la policía y están aquí moliendo como es su costumbre, ya se quieren subir a estos gueyes.   –Pues apártate de ellos caray, metete al restaurant carajo.Tras reflexionar sobre la notica salí del restauran cuando los trastes me lo permitieron. El problema era con los tres tipos que me había presentado bala. –Metete a los canallas bala. – No ni madre yo aquí me quedo no estamos haciendo nada chinga. Tu metete y apúrate de una buena vez y ya vámonos, si. Me ordeno. Escuche que ya arrastraba las palabras es decir que ya andaba pedona. Normalmente cuando yo bebo me pasa lo mismo, unas veces ando contenton otras me da por llorar y otras, en su mayoría, por hacerla de a pedo. La idea de visitar al dyler se me presento. Me distraje con los trastes. Esto se está poniendo feo pensé.
 La torre de los trastes era enorme, la llave continuaba abierta y así había estado casi todo el día. Apenas terminaba con un edificio, que digo edificio rascacielos de trastes y la montaña volvía a ser enorme. Los gritos en cocina me estaban volviendo loco, los choques de los cubiertos se me metían en los oídos, la música había subido de volumen, los meseros no paraban de cantar platillos, la caja registradora abría y salía como lengua de niño encabronado, adentro y afuera, todos los sonidos parecían estar dentro de mis oídos. El teléfono volvió a sonar, no podía contestarlo mis manos estaban empapadas de agua. Volvió a sonar y conteste. – Irriael los policías se están poniendo bien pendejos y ahora ya me quieren subir a mi también. Sal y diles algo wee.Ordeno. Escuche ahí una lejana discusión. Salí del restaurant, el grupo de personas era numeroso, se habían trasladado a la calle 5 de mayo a unos cuantos metros de los canallas. Llegue y vi como una mujer policía trataba de sujetar a bala ella intentaba zafarse. -Irriael dile algo we. Volvió a sugerir la bala. Se me acerco un  uniformado un poco amable y me pregunto que, que era de mi la muchacha, obviamente muy muy menor en edad a mí.  – Es mi pareja. Respondí. –Ha pues mira. La señorita se esta poniendo impertinente, esta tomando en vía publica y ya los reporto la cámara. Era la segunda vez en el día que escuchaba que gracias  a esas mentadas cámaras mi día se estaba poniendo realmente de la chingada. Mire. Continúo el oficial. No sé si la señorita sea de este país , pero eso no la exenta de la sanción. Bala `parecía como brasileña y tenía un tono mamon normalmente al hablar, era morenaza alta y muy delgada, culona y plana de frente, con la cara fina y delgada. Dígale usted señor que haga el favor de abordar la unida y posiblemente le pueda brindar la atención más adelante. Mire oficial cuento con doscientos pesos, es lo único que me queda del trabajo de toda una semana, gano menos del mínimo, las propinas han sido muy bajas , en la tarde me pusieron la araña. “ Voy saliendo victorioso de un anexo, soy tan frágil como el cristal y cualquier des fortunio por mínimo que sea me puede mandar al pedo, en mis estudios no he logrado destacar nunca, odio con toda el alma a esta chica fresa, solo es un premio a mis complejos, odio las leyes y a los vigilantes de las mismas, odio el trabajo y a la puta sociedad, las normas de comportamiento y respeto se me hacen no mas que una muy mala mamada, hágame el puto favor de sacarse a chin gar a su madre de una buena vez con sus normas y que vengan años y cumpleaños de sentencias, arrésteme de una buena vez `por todas, por que no le temo a nada mucho menos a usted, sírvase dirigir su corcel ese con torreta a donde se le pegue su chingada gana, estoy arto, me escucha bien? Arto de todo” . Esto que esta entre comillas jamás me atreví a decirlo, pero tuve unas ganas enormes de comunicárselo.  Lo que realmente dije fue. Por favor oficial écheme la manita, cuento con doscientos pesos no mas, es todo mi día, y lo que me queda de una semana de trabajo, trabajo ahí mire . Dije señalando el restaurante Los canallas. Esto pareció tranquilizarlo. Ya casi es mi hora de salida. -Y por que no mejor le dijo a su novia que se metiera al lugar? Ahí no hay ningún problema de beber. Me aclaro el oficial.  – Se lo dije, créame se lo dije mi poli, pero ya sabe como son los jóvenes . –Está bien, está bien solo porque es tu chica he. Siguió diciendo el poli en forma de hacerme entender que me estaba echando la mano pues entendía mi situación.- Dile que aborde la unida y la bajo ahí adelantito , sígueme caminando y me das lo acordado solo por tratarse de ti. -Ok oficial. Muchas gracias.
Bala a duras penas hizo caso. Mas adelante bajaron a los tres. Al bajar bala se llevo las manos al rostro en señal de pena. -No mames , no mames irriael, nunca en mi puta vida. “Jajaja 22 años”. Dijo. Me había subido a una puta patrulla, nuuuuuuuunca weeee, weeee. El reloj seguía caminando y los trastes acumulándose. Resignado y después de `pedirle una disculpa a bala regrese a mi sitio. Torres de trastes se habían levantado en mi ausencia. El chef me recibió totalmente encabronado. -Dónde diablos has estado tu? Pregunto notablemente enfurecido. Me extraño pues a mí este puto nunca me dirigía la palabra. Normalmente cuando alguien me grita respondo con mas ira en forma de defensa, pero en esta ocasión no fue así, su tonito de voz me confundió, me agarro mal parado. –Mira esos trastes continuos. Apúrate a lavarlos. Resignado abrí la llave de la pileta al máximo y comencé a lavar y lavar a una velocidad que la experiencia obtenida me permitía. En cuanto terminaba de lavar una torre más alta a la anterior ya se había formando, el teléfono sonaba, se me resbalaban los cubiertos, tome el teléfono y al intentar contestar a la llamada el teléfono callo a la tarja de agua, lo saque vi que no sonó mas, el silencio que yo esperaba por fin llego. Un sentimiento de ira se apodero irremediablemente en mi. Tome con fuerza el teléfono y lo arroje al piso estallando en mil pedazos. A la verga. Grite. El chaval de Oaxaca brinco del susto. Intente salir y el chef se interpuso en mi camino. – A donde crees que vas. – Me largo. A la chingada. Dije. - A renuncias? Pregunto el chef. – Pero claro, ahí te dejo tus putos trastes.
 Me dieron en caja otros doscientos pesitos y me dirigí sin titubear a visitar al dyler del restauran de al lado.
-Dame un cuadro ordene. Pague y recibí veinte de vueltos. Bala seguía a las afueras de los canallas con su cara de encabronada. No me importo. Me trague el cuadro completito.
- Jamás me había subido a una patrulla irriael, jamás, decía mientras se agarraba recio a mis espaldas, mientras nos dirigíamos en la moto a la fiesta. Bala estaba realmente encabronada, Me culpaba de haberme tardado y de que por esa absurda razón ella había viajado media cuadra en patrulla. No sabes nada de la vida pensé.  Bala normalmente era una persona que no hablaba tanto,  mucho menos tan fluido, en sus diálogos solo se dignaba a decir,  si , no, ok . Era breve, pero esa noche la lengua no le paraba de mover. Tenia ganas de meterle el cuerno que tengo por sexo y embestirla hasta llegar a su garganta, bloqueando cualquier sonido.
 Conforme avanzábamos, el cuadro comenzaba a explotarme. Las estelas de las luces de los autos rajaban en destellos continuos, el pavimento se hacía chicle. Sentí viajar en una moto acuática rompiendo olas de pavimento  sobre el asfalto chicloso de patriotismo. Fuimos recibidos por la Nata. La fiesta era un éxito, entramos y mire la barra, detrás de ella se apilaban torres y torres de cartones de chela, recordé con paz lo que había dejado atrás y sentí un profundo alivio. Pedí un enorme baso de chela. – Vas a beber. Pregunto bala totalmente sorprendida.   – Solo una. Jajá. Respondí aguantándome la risa. Bala me observo fijamente. Noto en mi un cambio severo y radical de humor. Se me acerco agachando su rostro acercándolo al mío. Por un momento sentí que entraba por la puerta de mis ojos hasta tocarme el alma. Comiste verdad. Pregunto. Comiste y no me diste. No conteste nada. Se giro bruscamente y tomándome  de la mano me llevo  a paso firme con su grupo de amigos. Me sentí como regañado. Un chico del grupo se me acerco y cruzado de manos agrego. – Estas en etapa de aprendizaje y análisis verdad? Que tal como lo vez? Es interesante no? – Si demasiado interesante. Respondí. Di media vuelta y me dirigí a dar un recorrido por toda la casa , el patio era grande y en todos los rincones de la casa había gente unos sostenían sus vasos otros bailaban otros solo platicaban otros reían. Era toda una fiesta en el sentido de la palabra. Hice una larga fila para poder entrar al baño, cuando llego mi turno saque la vara de la vida en total privacidad, pero la lluvia dorada no hacia acto de presencia. Realmente nunca tuve ganas de hacer del baño. Mire el interior del espacio, el color era verde claro muy limpio y lujoso, Me imagine que si Carlota algún dia arrojo sus desperdicios, lo hizo en un lugar como este. En unas de las paredes había un hoja de papel rojo que decía en letras azules “No desperdicies el agua” Recordé mi mal comportamiento en mi ya anterior empleo como durante mi actividad constantemente dejaba la llave abierta, me sentí avergonzado de mi mismo. La metáfora estaba dada. Envaine el roble que porto por arma y Salí reflexivo del lugar. Mire curioso a cada individuo de la fila, pensé en que mensaje recibiría cada uno de ellos, como las letras se acomodarían para cada cual.  Mire sus rostros antes y después de estar en el baño, los rostros no eran los mismos. Tuve ganas de acércame y preguntarles. – Oye que tal estuvo tu mensaje, que leíste en el papel rojo? cual fue tu consejo. Pero no, lo considere un rato y me dije “eso es muy personal”. Regrese al grupo de bala, no participaba en las charlas es mas ni las entendía, ella de vez en cuando me dirigía una mirada indiferente . En un momento se acerco a mí, me tomo del brazo, salimos de la fiesta y nos dirigimos a hacer unas compras al oxxo peligroxxo de regreso vimos como dentro de un grupo de chavales había uno completamente ebrio, el  chaval vomitaba y vomitaba mientras otros dos lo sostenían de los brazos. Cuando pasamos a un costado de ellos bala comenzó a pegarle de gritos a un costado de su inclinada y remojada cabeza “-Eres un frito, eres un pobre fritazo, mírate nada mas frito fritooo, frito. Sorprendidos los que lo sostenían, al igual que yo, no hacían más que mirar a la eufórica bala lanzando su sapos y escorpiones. Me quede petrificado, jamás había visto reaccionar así a bala ante un grupo de gente Tal vez le recuerde a su padre ahogado en alcohol o cualquier muy mal evento. Pensé. Una vez que se sacio, me volvió a tomar de la mano  y me hizo entrar a la fiesta que estaba a punto de llagar a su feliz término. Con besos abrazos y felicitaciones nos despedimos de la nata. Ya aterrizando del viaje maneje hasta llegar a mi depa ubicado en la singular colonia barrio norte allá por mixcoac, me detuve en una tiendita y compre un par de caguamas para amenizar la estancia  según yo. Bala miro el contenido de las bolsas y exclamo, ¡Eres un fritazo!