viernes, 15 de noviembre de 2013

Metamorfosis

METAMORFOSIS Llevaba ya tres largos años de intenso consumo de hierva, era la droga entre mis amigos de colonia y compañeros de escuela, el tipo que por primera vez me la invito me dijo: Es hierva con ella no hay ningún problema, yo llevo ya siete años consumiéndola y no se me ha echo vicio, es naturaaal, -grito extendiendo sus manos mirando al cielo, “lo del agua al agua” esta frase final se me quedo bien pinche grabada. En mis tres largos años de consumo, me fui relacionando con fumetas de todos los niveles sociales, los fresas, clase alta , los normales, nosotros los clasemedieros y los chakas , la clase baja que no necesariamente los chacas son de esta clase, existen chakas de todos los niveles , pero lo maneje asi, con estos últimos comenzó la transformación, honestamente no era muy grato fumar con estos cabrones, siempre se trataba de competir, se creían sansón para la mariguana, a cada fumada el tono les cambiaba cada vez mas chaca y yo me iba transformando de igual manera, cuando menos me di cuenta ya hablaba como ellos, cada vez los frecuentaba mas, en una de esas veces fuimos a néctar café a una zona súper fea, toda la colonia en obra negra, la cantidad que nos dieron por el intercambio de dinero fue supergenerosa y la calidad de igual manera. Me llevaron a fumar por unos campos de futbol llanero, después por un terreno baldío, hasta pasar por un puente obscuro, en el fondo un rio de aguas negras, al pasarlo llegamos a una casa abandonada, de lamina, había sillones rotos, viejos y mal olientes, ellos se sentaron como en la sala de su casa, yo los imite. Me dijeron que de regreso por el puente, tuviera mucho mucho cuidado pues varios cuates habían resbalado y jamás los habían vuelto a ver. Prendieron el primer toque, fumamos y fumamos, claramente yo, ya no podía mas, sin embargo mi orgullo me empujaba a continuar fumando a su ritmo, nos terminamos entre los cuatro toda la mota que compramos, tosíamos y tosíamos pero no deteníamos el consumo, todo olía a mota, comencé a marearme, a estar prendidísimo realmente, a no disfrutarlo como con mis otros vales, estos chakas tenían una vibra muy especial, negativa, parecía que se comunicaban a señas y se burlaban de mi. ¿Cómo estas pinche werito? ¿quieres más? Podemos ir a comprar más si quieres heee. Reían de todo, su risa era burlona, se miraban y me volteaban a ver, se reían mas, comencé a sentirme muy incomodo Llego la hora de regresar, estaba envuelto en pánico al llegar a la zona del puente paramos y dijeron: - Tu primero güero. –Queee, yoooo me pregunte, pero si yo ando hiperpachequisimo. Se estaba haciendo de noche, respire hondo, comencé a caminar, en mi pie izquierdo sentí como una descarga eléctrica que inicio en el dedo gordo y se detuvo en el talón. Hay, grite lanzando una ligera patada al viento. Ja,ja,ja rieron los tres al instante. –Que te pasa , camina ordeno uno de ellos mientras reían. Camine y al entrar al puente sentí como si me fueran a empujar , sentía sus sombras por encima de mi cuerpo, me voy a caer pensaba, me voy a rajar toda mi pinche madre, jamás volveré a coger , no volveré a respira, no volveré a ver el azul del mar ni los pájaros rojos sobre él, ya no creceré ni tendré mi moto. Volví a tomar aire y camine lleno de horror, sentí una mano en el culo, que por poco y me tira, vi la luz al final del túnel, apreté el paso, estaba fuera, me sentí victorioso. Pinches nacos, me la pelaron culeros , me querían matar, tenia ganas de gritarles pero no lo hice, estaba demasiado tenso. Los calambres habían llegado ya a mi pierna y recorrían desde donde iniciaron hasta la columna. Me despedí de estos cabrones pues su vibrota era insoportable, quería estar solo. Al estar en la parada del autobús observe como mi pierna se estaba trasformando en una planta de mota, -Noooooo grite , auxilioooooo, la planta cedió y mi pierna volvió a ser normal, tome el autobús llorando, pase sin pagar, me sente hasta atrás como en la escuela, las corrientes eléctricas comenzaron nuevamente pero ahora recorrían toda mi parte izquierda del cuerpo, llegaban al hombro rebotaban en dirección de la mano y de regreso, recorriendo todo mi brazo. Ahora todas estas zonas se trasformaban en plantas de mota, yo lo veía. –Noooooo, grite nuevamente, -noooooooooooo, los pasajeros voltearon y me miraron con asombro y espanto una muchacha comenzó a llorar, un señor grito al operador, -Este chavo guele a pura mota, bájalo. Se escucho una descarga de aire y el operador llego hasta mi asiento, se inclino apoyando la mano en el respaldo, aspiro como para revisar mi aroma, me miro a los ojos y grito, bájate cabron ni siquiera has pagado tu pasaje bájate o llamo a la policía. Cuando escuche policía los calambres aumentaron y me dieron ganas de volver el estomago. Cuando reaccione estaba en mi recamara marcándole por teléfono a mi amigo Miguel Canalla, - Necesito que vengas cabron esto es urgente, en minutos seré una planta, Los calambres continuaban, por debajo de las ropas blancas, ya todo yo era planta, lo único que continuaba sin transformación era mi cabeza, Miguel llego a tiempo, yo estaba en mi cama. -No hay tiempo que perder dije. Miguel necesito que me plantes inmediatamente en la maseta grande de la soteguela, dentro de unos minutos seré una planta. Se tomo el rostro con ambas manos, lloro. Pero que te esta pasando pregunto. -Pues que no vez reecabron?, me estoy transformando en una planta de mota, insolente, haz lo que te digo y cada vez que fumes de mí, podremos comunicarnos por telepatía. “Lo del agua al agua” recordé. Así lo hizo y es así como después de siete años que ya llevo de transformación, Miguel y yo podemos comunicarnos, como he podido darle el dictado de este pequeño relato de mi desventura.

El tio huele patas

El ñor siempre llegaba puntual a las 11 de la noche, nos lo había presentado la michell, un travesti que alquilaba sus servicios en el cine Teresita. Nos dijo:- Que onda chicos, se quieren ganar unos centavitos? -Ahuevo dijimos el papero y yo, -Que hay que hacer? – Miren les voy a presentar a un cliente que anda buscando chavitos como ustedes callados y cabrones. Esos éramos nosotros. Al día siguiente nos cito a las diez de la noche. El papero tenía nueve años, yo, uno menos, vivíamos en la vecindad que estaba a espaldas de el cine, un mes atrás podíamos entrar por un escondite, veíamos las películas para adultos que ahí se proyectaban, teníamos acceso a un pasillo que daba a los baños de las mujeres, hasta que un día, el “jorobas” grito mientras miraba por el agujero - “Que culoooote” Salimos corriendo y nunca más volvimos a entrar, nuestros días de voyeuristas habían terminado. En nuestra primer cita llego la michell con el tío huelepatas, nos presento. Este chaparrito cabron, es el avestruz y este el papero dijo señalándonos a cada uno. El tío le dio un billete y ella se marcho. Nos invito a subir a la parte trasera de su auto, un gran marquis negro como de juda, impecable, el era gordillo, siempre traía sombrero, tendría un cincuentón, muy elegante. Quítense los zapatos indico desde el volante, ahora suban los pies al asiento, seguimos sus instrucciones con algo de pena pues mis calcetines no estaban tan limpios en esa ocacion, comenzó a olerlos nos hacia cosquillas el muy cabron, no los tocaba con sus manos solo los olía, al cabo de unos minutos nos decía enérgico – Bajen del auto, nos daba un billete a cada quien y se marchaba. Mientras nos olía los pies hacia unos movimientos extraños bajo el volante, antes de dar la orden de bajar pegaba un grito eufórico, sudaba, gemía, si si decía Ohhhh,si,si, mami, mamita chula. Chiales. Nos mirábamos el papero y yo, reíamos, nos imaginábamos lo que hacia pues nunca pudimos ver bien si se tocaba o que demonios hacia, pues nuestras cabezas estaban en la parte inferior del respaldo siempre del asiento trasero. Cada semana llegaba puntual a las once de la noche, nuestros amigos comenzaron a ver que el papero y yo traíamos dinero, y nos preguntaban que de donde salía tanto dulce, que, que hacíamos para tener tanto dinero, nuestras familias eran muy pobres, mi madre me comenzaba a cuestionar el porque del dinero. Habíamos acondicionado ya el lugar donde el tío huele patas se estacionaba, rompimos a pedradas el foco del faro de la calle para que el tío se sintiera cómodo y en privacidad. Un mal día, el jorobas se acerco al auto mientras el tío nos olía los pies, llego en concluyas se lebanto y poniendo el rostro en la ventanilla con las manos rodeando sus ojos y grito “ya los cache cabrones, los voy a acusar”, salió corriendo, baje del auto descalzo a toda velocidad lo alcance y lo invite mas ahuevo que de ganas a formar parte del equipo, a este wei le olían las patas horribles, no lo habíamos invitado por eso mismo nos decíamos, si llevamos a este wei lo va a osgarmear y nos va a bajar la chamba. Ahora era parte del equipo y había que competir contra su brutal olor, así que durante toda la semana no nos cambiábamos los calcetines, mi madre me decía: -Ya quítate esos pinches calcetines José, nos vas a matar un día de estos cabron!. Yo no hacía caso tenía que tener el peor de los olores para que el tío no me remplazara. El tío cada vez que olía las patas del jorobas se tocaba mas rápido y antes de bajarnos pegaba un grito ensordecedor, el jorobas estaba ganando espacio. Los chismes se corrieron, ese pinche jorobas no supo guardar nuestro secreto, nunca fue discreto, divulgo lo del tío, todos los niños de la vecindad sabían de donde salía el dinero. Ahora éramos como nueve los chamacos que esperábamos al tío huele patas, desde las siete de la noche nos reuníamos, apenas veíamos estacionar y corríamos al auto, nos formabamos en linea , el tío escogía ha cuatro o cinco señalándonos, a veces yo me quedaba en la fila, no era justo pues yo junto con el papero fuimos los primeros en conocerlo. Él nunca nos toco, solo nos hacia cosquillitas, no nos daba miedo, por el contrario sentíamos un cierto aprecio por él. Comenzó a faltar esporádicamente a nuestra cita, ahora iba una vez al mes hasta que dejo de ir. Pues realmente mejor para él, porqué nuestras familias ya se estaban dando cuenta y tal vez hasta en la madre le hubieran dado. El jorobas cada vez se dejaba ver menos comenzo a llegar en motito, despues el y su familia se cambiaron y desde entonces no lo volvimos a ver.